Pastores: Cesar y Cecilia

VIVIENDO EN EXCELENCIA


 


Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres. 2Pues ya saben que, en recompensa, el Señor les dará parte en la herencia. Porque ustedes sirven a Cristo, que es su verdadero Señor. Colosenses 3:23-24
Todos, sin duda alguna, queremos vivir una vida de calidad, con alegría y de manera excelente; sin muerte, sin violencia, sin enfermedades, no la mediocridad, etc. Pero la realidad nos dice otra cosa. Por eso algunos buscan aquí y allá la salida a su situación o vida.
Cada vez que uno se propone a vivir la vida de una manera tranquila, agradable, feliz, en armonía con las enseñanzas de Cristo, las noticias del día o la realidad circundante nos lleva a reflexionar si lo que estamos queriendo hacer es posible realizarlo. Basta ver las estadísticas o las noticias de que la realidad es caótica. Como que no hay posibilidades de practicar un nivel de vida de calidad y de excelencia.
En otras palabras, estamos ante una generación en crisis. Pero esto tiene solución en Cristo.
Aquí vale la pena escuchar la voz de Dios: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. (2 Crónicas 7:14).
Hoy el mundo se mueve en medio de una dualidad de situaciones:
· vida · muerte
· paz · violencia
· salud · enfermedad
· alegría · tristeza
· materialismo · espiritualidad
· riqueza · pobreza
· excelencia · mediocridad
La Biblia (Salmos 93:5; Isaías 35:8), especialmente el apóstol Pablo, nos enseña un camino mejor: vivir en santidad (Efesios 4:24; 1 Tesalonicenses 4:4; Hebreos 12:14). Pero, ¿qué significa vivir en santidad en los tiempos de hoy? En principio es estar apartado o ajeno de placeres y dedicado a Dios.
Al respecto tenemos que precisar que cuando hablamos de santidad no estamos hablando de encerrarse en algún lugar apartado del mundo, huyendo de las tentaciones; tampoco nos referimos a un mero concepto o deseo personal por hacer algo bueno. Santidad es la capacidad de resistencia ante el mal, confiando en Dios, para vivir una vida agradable ante Él y ante el prójimo. ¡Eso es todo!
Ahora bien, ¿Cómo lograrlo? El mismo apóstol Pablo nos exhorta a hacer todo de corazón, como para el Señor. Si esto es así, implica entonces un alto nivel de calidad, eficiencia y excelencia en todo lo que realicemos. Todos los niveles de nuestra vida tienen que estar impregnados por este aspecto. Por ejemplo: nuestra manera de pensar, nuestra forma de mirar, nuestros métodos de estudiar, nuestro trabajo, la manera cómo amamos y servimos a los demás. Poner en práctica este principio bíblico nos lleva a tener un buen testimonio ante los demás y ser agentes de cambio en donde nos encontremos.
Lograr una vida de calidad y de excelencia no es fácil alcanzarla si es que no tenemos a Cristo en nuestro corazón. Para ello es necesario nacer de nuevo y luego empezar una vida de perfección. Jesús llamó la atención sobre este asunto de lo nuevo: “Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente” (Mateo 9:17).
MINISTRACION: Hoy puede ser tu día, meterte en la presencia de Dios para que vida sea la mejor, una vida Santa, pura para el Dios Altísimo. Esto es excelencia de vida que a Dios le agrada. ¿Crees que hay algo en vida que necesita ser cambiado?. ¿Pero deseas cambiar?. ¡Qué bueno!. Haz conmigo una oración para pedirle a Dios que tu vida sea excelente, purificada para él. “Señor Jesús, yo necesito cambiar, quiero vivir en santidad en todo lo que haga y diga. Límpiame de todo lo que es malo en mi vida y ayúdame para no fallarte mas. Gracias por hacer de mí, una persona nueva. Por fé creo en ti con todo mi corazón. Amén.”